Leonardo da Vinci y Freud. Composición del autor. Fuente Wikipedia
Naturalmente el encuentro de ambos genios en un mismo marco espacio-temporal nunca ocurrió ya que se trataría de un anacronismo histórico. Freud en su vertiente de escritor y ensayista científico fue un prolífico autor cuya relación de escritos desbordaría el espacio de este artículo. Para una mayor comprensión de su obra remito al lector a las ediciones en castellano de sus obras completas.
En 1910 Sigmund Freud publicó un trabajo de 110 páginas titulado “Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci” utilizando métodos del psicoanálisis clínico al estudio biográfico del genio del renacimiento, si bien matizaba que no se consideraba un experto en arte. No sería el único personaje histórico del que se ocupaba y también trató las figuras de Miguel Angel, Goethe y Dostoisevski. Alianza Editorial en su primera edición de 1970 compendió estos trabajos publicándolos bajo el título “Psicoanálisis del Arte”, que es el libro que utilizo como referencia para este artículo.
Leonardo escribió en el Codex Atlanticus, al tratar el vuelo de los buitres, un recuerdo infantil en el que relata que fue atacado en la cuna por uno de estos animales:
Parece como si me hallara predestinado a ocuparme tan ampliamente del buitre, pues uno de los primeros recuerdos de mi infancia es el de que, hallándome en la cuna, se me acercó uno de estos animales, me abrió la boca con su cola y me golpeó con ella repetidamente, entre los labios
Freud al escribir sobre el recuerdo de Leonardo utilizó la traducción de Herzfeld del Codex del italiano al alemán, que contenía algunos errores (Traduttore, traditore). El texto original se habla de “nibbio” (milano) y no de buitre y además Leonardo dice que la cola (coda) se mete dentro de los labios.
Al analizar este recuerdo, Freud hace algunas consideraciones previas:
a.- Es muy difícil que un sujeto conserve recuerdos de la época de la lactancia, pero tampoco se ha demostrado científicamente lo contrario. Luego cabe una duda razonable por mínima que sea.
b.- Lo que sí es desde todos los puntos de vista cuestionable en cuanto a la realidad es que un milano se acerque a la cuna y le meta la cola en la boca del niño.
c.- La escena del buitre (o el milano en su caso) no es un recuerdo infantil, sino una fantasía adulta transferida a la infancia (Hoy lo llamaríamos un recuerdo implantado o síndrome del falso recuerdo).
Tanto la palabra italiana ucello (pájaro) como coda (cola) se utilizan en varios idiomas como sinónimos del miembro viril lo que lleva a Freud asimismo a considerar el recuerdo como una fantasía homosexual de felación pasiva. Esto nos lleva a plantearnos la cuestión de la homosexualidad de Leonardo de la que pocos autores dudan a pesar de la escasez de pruebas al respecto, más allá de la clara atracción que sentía por sus discípulos jóvenes (es evidente en Salai) y por la denuncia de sodomía en la que se vio involucrado y que finalmente fue desestimada. Si Leonardo era homosexual como todo parece apuntar está claro que optó finalmente por la vía del celibato a partir de este incidente.
Finalmente Freud argumenta: “Luego en Leonardo, tras el recuerdo infantil tendríamos una fantasía homosexual transformada del primigenio recuerdo de ser amamantado por la madre”.
De acuerdo con Freud, esta fantasía se basa en el recuerdo de chupar el pezón de su madre y lo asocia con el hecho de que en el Renacimiento era conocido que el buitre en la cultura egipcia a través de la diosa Mut simbolizaba a la madre. Los egipcios creían que no hay buitres masculinos y que la hembra de la especie era inseminada por el viento.
«La clave de todos los logros y desgracias de Leonardo se encuentra oculta en la fantasía infantil del buitre«, dice Freud.
La infancia de Leonardo da Vinci
Lo que sabemos sobre Leonardo da Vinci proviene de sus propios diarios, de los relatos de algunos contemporáneos y de su biógrafo Giogio Vasari que aunque no coincidieron en vida se documentó profusamente al escribir “Las vidas…”. (Véase el artículo: El Renacimiento italiano en un libro). Leonardo, era hijo de Catalina, una madre soltera de escasos recursos a la que el padre abandonó hasta que el niño tuvo cinco años, edad en la que retomó la relación con su hijo. Durante ese tiempo fue criado además de por su madre, por sus abuelos paternos Antonio y Nonna Lucia.
Ser Piero Da Vinci era Notario de la ciudad de Florencia y estaba casado con la hija de un ministro de Estado, Donna Albiera quien no pudiendo tener hijos terminó acogiendo a Leonardo como si fuese suyo. En definitiva su infancia y juventud estuvo marcada por el cuidado de tres mujeres, su madre biológica, su abuela materna y su madre adoptiva además de la necesidad de hacerse querer por su padre que le había abandonado, de manera que su vida estuvo marcada por la necesidad de superarle, lo que nos lleva a su exagerado perfeccionismo y a sus gustos refinados.
A pesar de lo que pudiera parecer por su espíritu investigador Leonardo no tuvo una formación clásica sólida y la mayoría de los conocimientos que obtuvo en su vida se deben a la necesidad de saber y a su carácter autodidacta. Toda la vida de Leonardo está focalizada por una irresistible compulsión a saber. Podría decirse que inclusive su capacidad artística era un don secundario a esa imperiosa necesidad de saber.
Escultura de Leonardo da Vinci en Florencia
El cuadro “La virgen con el niño y Santa Ana”
Oskar Pfister fue un psicólogo y pastor protestante suizo considerado discípulo de Freud con el que se carteaba frecuentemente. Pfister en 1913, añadió a la interpretación de Freud de la pintura de Leonardo La virgen con el niño y Santa Ana un sorprendente descubrimiento propio: el claro contorno de un buitre escondido en el manto de María
La virgen con el niño y Santa Ana. Museo del Louvre. Fuente Wikipedia
Con posterioridad a la versión inicial del trabajo “Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci” Freud añadió algunas notas referidas al cuadro “La virgen con el niño y Santa Ana”
“La infancia de Leonardo fue tan singular como este cuadro. Tuvo dos madres: Catalina, la primera y verdadera, de cuyos brazos fue arrancado entre los tres y los cinco años y Donna Albiera, que fue para él una madrastra más joven y delicada. Reuniendo este hecho en su niñez con el que mencionamos en primer lugar y condensándolos en una unidad mixta, dio forma a la composición de su cuadro. La figura materna más alejada del niño, corresponde por su apariencia y su situación especial con respecto a aquel, a la primera madre de Leonardo, o sea a Catalina. Con la bienaventurada sonrisa de Santa Ana, quiso, quizá, encubrir y negar el artista la envidia que la infeliz Catalina hubo de experimentar al verse obligada a ceder su hijo a la noble rival, como antes le había cedido el hombre amado.”
“Si intentamos delimitar en este cuadro las figuras de Santa Ana y la Virgen Maria no lo conseguiremos fácilmente. Podríamos decir que se hallan confundidas como imágenes oníricas mal condensadas, de manera que en algunos puntos resulta difícil determinar dónde acaba Santa Ana y comienza María. Esta circunstancia, que desde el punto de vista artístico se nos muestra como un defecto de la composición queda justificada en el análisis por su oculto sentido. Las dos madres de su niñez tenían que fundirse, para el artista, en una sola figura.
En este último cuadro ha realizado Oskar Pfister un singular descubrimiento, al que no puede negarse un extraordinario interés aunque no se quiera reconocer su exactitud. En las vestiduras extrañamente plegadas y difícilmente delimitables, de la Virgen María ha hallado el contorno del buitre y lo interpreta como un rompecabezas inconsciente”
La composición del cuadro tiene forma piramidal situándose la cúspide en la cabeza de Santa Ana. Todo el interés del cuadro se focaliza en la diagonal derecha donde se encuentran las cabezas de los tres personajes donde la dirección de las miradas y las expresiones de los rostros nos muestran el contenido psicológico del cuadro.
A pesar de los errores de traducción del relato infantil de Leonardo que parecen invalidar las conclusiones de Freud hay un amplio consenso en dar por buenas las conclusiones a las que llegó Freud mediante la metodología psicoanalítica empleada, con independencia de si se trataba de un buitre o de un milano o las referencias a la diosa egipcia Mut.
Bibliografía y Webgrafía
Sigmund Freud. Psicoanálisis del Arte. Alianza Editorial. 1978
Giorgio Vasari. Las vidas de los más excelentes…Ed. Tecnos/Alianza editorial.2004
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Virgen,_el_Ni%C3%B1o_Jes%C3%BAs_y_Santa_Ana
https://es.wikipedia.org/wiki/Vida_privada_de_Leonardo_da_Vinci
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