EN BUSCA DE LAS MURALLAS ROMANAS DE CÁCERES
Por Alberto Martínez Díaz y Jesús Martínez Breñas
Fuente: Mapa en relieve CNIG. Composición gráfica de elaboración propia
En un artículo anterior Norba Caesarina, la Cáceres romana, ya vimos que la ciudad de Norba Caesarina se fundó entre los años 35 y 34 a.C. por Cayo Norbano Flacco ( Gaius Norbanus Flaccus) después del abandono de los campamentos militares de Castra Caecilia y Castra Servilia y la reutilización de sus instalaciones por población civil.
El emplazamiento de Norba caesarina se realizó en un cerro con pendientes acentuadas y sustrato rocoso en las zonas elevadas, entre las sierras de la Mosca y la Sierrilla, en el que se fijaron los límites de la ciudad mediante un perímetro amurallado trapezoidal con forma almendrada de unos 250×450 metros, tal como puede observarse en la ilustración de portada.
Salvo pequeñas excepciones, los romanos construían las urbes de nueva planta con un diseño urbanístico preestablecido. Una vez creados los límites de la ciudad, se marcaban dos ejes perpendiculares que constituían las calles principales. En las superficies interiores se delimitaban en damero las calles ortogonales y las insulae o manzanas resultantes que conformarían el trazado de la ciudad: El cardo, con dirección norte-sur, que en el caso de Norba caesarina, enlazaba la puerta situada en la actual Plaza del Socorro con la Puerta de Mérida en el sur y el decumano, con dirección este-oeste. En nuestro caso enlazaba la Puerta del rio (Arco del Cristo) con una puerta que se situaba en el foro de los Balbos, entre la Torre de la Yerba y la Torre del Horno. Habitualmente el foro municipal y la basílica jurídica se situaban en la intersección de ambos ejes, sin perjuicio de la existencia de otros foros como el provincial por ejemplo en el caso de Emerita Augusta.
Restos romanos en el recinto amurallado. Fuente SIG Ayto. de Cáceres. Composición gráfica de elaboración propia
En Los diez Libros de Arquitectura, Libro I, Capítulo V, Vitruvio nos habla de la construcción de las murallas y las torres:
Las distancias entre las torres deben establecerse teniendo en cuenta que no estén tan alejadas una de otra que no puedan alcanzarse por una flecha, con el fin de que si una torre es atacada, sea posible rechazar a los enemigos desde las otras torres, que quedan a derecha e izquierda, mediante escorpiones u otra clase de armas arrojadizas.
……………
Las torres deben ser redondas o poligonales, pues si son cuadradas las máquinas de guerra las destruyen con toda facilidad, ya que los arietes rompen sus ángulos con sus golpes; pero si son circulares, con piedras en forma de cuña, aunque golpeen su parte central no pueden dañarlas.
Una vez se habían trazado las líneas de las murallas, se excavaban los cimientos hasta encontrar terreno firme o roca, rellenando la zanja con material pétreo hasta conseguir un nivel uniforme donde encajaban las primeras filas de sillares, normalmente de grandes dimensiones, sobre los que se asentaban posteriormente el resto de sillares que solían colocarse a “soga y tizón” con el aparejo denominado opus quadratum. Se construían dos muros paralelos con una separación de entre 3 y 5 metros, trabados en perpendicular por un muro de sillares cada cierta distancia y el hueco entre ambos muros se rellenaba con piedras, tierra prensada o lo más frecuente, el opus caementicium, hasta alcanzar una altura que oscilaba entre los 8 y 10 metros hasta las almenas, pudiendo alcanzar mayor altura en las torres, sobre todo si estaban huecas y techadas a partir de la rasante del adarve, algo relativamente frecuente en época tardoromana.
Sección estándar de muralla romana. Dibujo del autor
El recinto amurallado de Norba Caesarina
El estudio del recinto amurallado romano en la parte antigua de Cáceres resulta especialmente complejo debido a los escasos restos arqueológicos encontrados, en gran parte como consecuencia de la reutilización de los elementos constructivos, incluso por los propios romanos en el siglo IV, los almohades con la remodelación de la cerca, los cristianos después de la reconquista de la ciudad y la expansión urbana, que sobre todo en el siglo XVII y XVIII marcó el punto álgido en la depredación de las murallas.
La recreación virtual del recinto amurallado del Cáceres romano en tres dimensiones, que es lo que pretendemos en esta serie de artículos, como casi todas las reconstrucciones virtuales históricas, tendrá necesariamente que rellenar muchos huecos y el resultado final tenemos que calificarlo necesariamente de artístico dada la escasez de evidencias materiales. No obstante lo anterior, no renunciamos a que este resultado sea cuanto menos plausible, realizado en base a unas hipótesis de trabajo que trataremos de explicar en estos artículos. Sean bienvenidas las críticas o las aportaciones y matizaciones posteriores.
Aunque Norba Caesarina se fundó antes que Emérita Augusta, ambas en la provincia de la Hispania Ulterior republicana , con las reformas de Augusto por la que se crea la provincia de Lusitania, Norba C. pasó a depender administrativamente de Emerita A. y esta situación ya no variaría, incluso cuando en el siglo III con el emperador Diocleciano, Emerita Augusta pasó a ser la capital de la Diócesis de Hispania. Se calcula que en el siglo III Norba C. tendría unos 8.000 habitantes en un espacio intramuros de unas 8 hectáreas, frente a los 50.000 de la capital emeritense. Evidentemente, la colonia era una ciudad de tamaño medio que no tuvo un destacado papel político administrativo. En una terminología actual la podríamos denominar como una pequeña capital de provincias.
Comparativa de recintos amurallados en el siglo III de Emerita Augusta y Norba Caesarina
Excavaciones con motivo de obras civiles o arqueológicas han permitido establecer que la calzada romana denominada Iter ab Emerita Asturicam (al-Balat en árabe que significa “el camino empedrado” actualmente Vía de la Plata) que unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga) se situaba al Oeste de la ciudad y una calzada secundaria circunvalaría por la zona Este, entre la muralla y el rio, permitiendo los accesos a las puertas Sur, Este y Norte. Esta calzada secundaria pasaría entre la ermita del Espíritu Santo y la fuente del Marco, para llegar al puente de San Francisco a través de la ronda. En el puente, se bifurcaría en dos ramales, uno para acceder a la puerta de Mérida y el otro continuaría por la calle Mira al rio para acceder a la Puerta del Arco del Cristo. Desde ese punto, continuaría por la calle Caleros hasta llegar al entronque con la puerta Norte, probablemente en la Plaza de Santiago.
Restos romanos en la actualidad
Creo sinceramente que no es incompatible lo afirmado al principio sobre los escasos restos arqueológicos de época romana encontrados en la parte antigua de Cáceres, con la afirmación de que el estudio concienzudo de los mismos desbordaría el espacio de este artículo. Así es que aparte de su señalización gráfica, agruparemos los mismos cuando su casuística morfológica es similar: La mayor parte de las torres albarranas de factura almohade tienen un basamento de sillares graníticos que fueron extraídos de la primitiva muralla romana y reutilizados en dichas torres, tal y como puede observarse en las fotografías de algunas de ellas que sirven de ejemplo. Este tipo de defensas adelantadas a la muralla y unidas a la misma mediante un lienzo perpendicular llamado espigón, no eran propias de la construcción romana y además, en algunas zonas se observan restos de mortero de cal entre los sillares, cuyo aparejo y dimensiones difieren de la operativa de construcción romana.
La mayoría de los expertos opinan que la cerca almohade se construyó en el siglo XII utilizando en una gran parte del perímetro el basamento de la muralla romana y el resto de los sillares fueron reutilizados en las torres albarranas y el alcázar, levantando el resto de la cerca en altura a base de tapial. En consecuencia, la reconstrucción de la muralla se realizó conservando el trazado y manteniendo la ubicación de las puertas de la muralla romana, con algunas excepciones como la Torre de los Pozos, donde se creó una antemuralla para proteger el acceso al suministro de agua del aljibe situado en la roca.
El torreón semicilíndrico del ángulo nordeste de la muralla constituye una excepción a estas torres albarranas y la mayoría de los autores se decantan por la paternidad romana de la parte inferior de la estructura, fundamentalmente las primeras hiladas de sillares en seco colocadas a soga y tizón. Por otra parte, este tipo de torres situadas en los ángulos de las murallas romanas son frecuentes a partir del siglo III y está corroborado por los hallazgos arqueológicos en numerosas ciudades en Hispania.
De forma análoga en el ángulo noroeste de la muralla, se han encontrado indicios de un torreón similar al anterior, muy cercano a la antigua torre albarrana de la Basura. Han aparecido sillares de factura romana algunos almohadillados y una inscripción. (Véase informe del Ayuntamiento de Cáceres en la Bibliografía).
La puerta Este, denominada Arco del Cristo o Puerta del rio, según la mayoría de los autores pasa por ser uno de los pocos vestigios romanos visibles del recinto amurallado que han pervivido hasta nuestros días. Considerablemente afectada por diversas reformas a lo largo de los siglos, cabe preguntarse si la disposición actual es la original o estamos ante una mera reconstrucción que difiere de la primitiva, aunque ubicada en el mismo punto de acceso.
Para empezar las puertas romanas solían estar flanqueadas por dos torres ultrasemicirculares para su defensa, que cuesta encajar con su disposición actual, oblicua a la línea de muralla. Si observamos su trazado en planta, el encaje de los lienzos de muralla con la puerta resultan complejos y con poco sentido desde el punto de vista defensivo. Se ha argumentado que su disposición oblicua obedece a la fuerte pendiente de la calzada de acceso y su recorrido previo casi paralelo a la muralla, lo que habría obligado a retranquear esta puerta girándola sobre el eje de la muralla para enfrentarla con la calzada. Personalmente tengo mis dudas de que la puerta original no estuviese alineada con la muralla, ya que las dificultades esgrimidas son insignificantes para la ingeniería romana de la época. Otra cuestión es que con posterioridad, en época almohade o medieval el deterioro de la puerta y las posibles construcciones de aprovechamiento a su alrededor condujeran a esta solución reutilizando los sillares y dovelas originales que quedaban, dando una apariencia de construcción romana no alterada.
A falta de ulteriores pruebas de carácter arqueológico, hemos decidido para este trabajo artístico de reconstrucción virtual de las murallas, dar por válida la posición actual como la originaria, sin torres adyacentes, lo que plantea el encaje de sus encuentros con una hipotética línea de muralla.
Hipótesis de trazado de muralla en el Arco del Cristo
La puerta Norte, también denominada puerta de Coria estaría situada en la actual plaza del Socorro en base a los hallazgos encontrados en la zona y a la documentación bibliográfica que hace referencia a la misma. Esta puerta fue demolida en el año 1879 por el Ayuntamiento a petición de D. Joaquín Muñoz Chaves, político, propietario de un inmueble en la calle Tiendas, exponiendo la falta de mérito artístico de la construcción y que dicha puerta era un foco de suciedad constante, y que la estructura suponía un estorbo para el ensanche de la ciudad.
La puerta Oeste estaba situada entre las torres del Horno y de la Yerba en el actual foro de los Balbos y fue derruida en la invasión almohade por su vulnerabilidad desde el punto de vista defensivo. El arco debía de ser de similares dimensiones a su homóloga del lado Este y contaría con dos torres defensivas adyacentes.
La puerta Sur también conocida como Puerta de Mérida por estar orientada en dirección a esa ciudad enlazaría con la calzada Vía de la Plata por un ramal que pasaba por el antiguo puente de San Francisco. Se solicitó su derribo por D. Pablo de Monroy en 1751, por razones estéticas y de salubridad, además de entorpecer las comunicaciones. Probablemente fue demolida en 1754 o 1755.
En el siguiente artículo, abordaremos finalmente de una forma muy visual las hipótesis de trabajo que nos llevarán a formular una propuesta de virtualización en tres dimensiones de la colonia Norba Caesarina en el siglo III, con el trazado del recinto amurallado y la trama urbana conteniendo los principales edificios públicos y distintas tipologías de edificios privados con los que debió contar la ciudad para albergar una población de aproximadamente 8.000 habitantes.
Bibliografía y webgrafía
Mercedes Pulido y Enrique Cerrillo. Sobre una desaparecida torre de la muralla de Cáceres. Norba Revista de historia. Vol. 18, 2005,147-161 dialnet.unirioja.es › descarga › articulo
José A. Ramos Rubio; Pablo Cruz Franco y Adela Rueda Márquez. Nuevos restos localizados en la muralla de Cáceres: lienzo de muralla, torre y postigo. https://es.calameo.com/read/003812115a3ebc3f2402c
Carlos Marín Hernández. Aproximación a la muralla tardoantigua de Cáceres. https://chdetrujillo.com/tag/aproximacion-a-la-muralla-tardoantigua-de-caceres/
J.Cruz Franco, P.A. Cruz Franco, A. Rueda Márquez De La Plata, J.A. Ramos Rubio Y J.M. Rueda Muñoz De San Pedro Evolución histórica de la muralla de Cáceres y nuevos descubrimientos. Revista de Estudios Extremeños.2016.Tomo LXXII Número III Septiembre-diciembre. PDF Evolución histórica de la muralla de Cáceres y nuevos descubrimientos. El postigo de San Miguel, un lienzo perdido de la cerca almohade
Cervantes virtual: Informe sobre el hallazgo de un lienzo de la muralla romana-almohade en las inmediaciones del Palacio Toledo-Moctezuma en Cáceres (en Formato HTML)