Autorretrato de Giorgio Vasari
No cabe duda de que de Giorgio Vasari (1511-1574) fue un excelente pintor y arquitecto muy conocido y apreciado en su época, a pesar de que hoy en día su obra no sea tan valorada. Como arquitecto, su obra principal fue el Palacio de los Uffizi en Florencia, así como el Corredor vasariano, un pasaje que conecta los Uffizi con el palacio Pitti a través del puente Vecchio. Otras intervenciones conocidas las realizó en las iglesias de Santa Maria Novella y Santa Croce y colaboró en la construcción de la Villa del papa Julio III, Villa Giulia.
Como pintor realizó diversos frescos en la sala Regia del Vaticano, en la sala de los cien días del palacio de la Cancillería en Roma y los frescos decorativos de la Sala de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia. De su producción pictórica, de las que nos han llegado más de setenta obras, podemos destacar a Cristo conducido al sepulcro y Retrato del duque Alejandro de Medicis , familia a la que hizo diversos retratos . En el Prado, se pueden admirar tres obras menores realizadas a tinta o aguada: San Lucas pintando a la Virgen, Grupo de figuras conversando y San Lucas y San Juan.
Hoy en día, Vasari es sobre todo conocido por su faceta de escritor y biógrafo y por haber inventado el término Renacimiento (rinascita). Naturalmente, el concepto es anterior al propio Vasari y se fundamenta en la recuperación de una época gloriosa del arte, fundamentalmente griego y romano y en el principio Aristotélico “el arte imita la naturaleza” (Física, II,8) del que Giotto (autor venerado por sus contemporáneos) fue uno de los primeros exponentes en la pintura. Siglos más tarde, Oscar Wilde expondría su transgresora frase “La naturaleza imita al arte” en su ensayo “La decadencia de la mentira” (1891)
Sin duda junto a Winckelmann (1717-1768) Vasari puede ser considerado uno los fundadores de la historiografía del arte. Con posterioridad, Bernardo de´ Dominici (conocido como el Vasari napolitano) publicó en 1742 una colección de tres volúmenes con biografías de artistas napolitanos: Vite dei Pittori, Scultori, ed Architetti Napolitani .
En el año 1550, tras diez años de investigación y por encargo del coleccionista Paolo Giovio, Vasari publicó en la imprenta de Lorenzo Torrentino en Florencia la primera edición del libro Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Le vite de più eccellenti pittori, scultori, e architettori italiani, da Cimabue insino a tempi nostri ) probablemente la fuente escrita más importante del Renacimiento italiano, con un total de 992 páginas y una dedicatoria al Duque Cosme de Médicis.
Ed Tecnos/Alianza 2004 Segunda edición 1568
Obviamente no era la primera obra de tinte biográfico que se hacía en materia de arte y de hecho Vasari utilizó numerosas obras y tratados como fuente para la realización de su libro, además de la transmisión oral de los coetáneos. De manera sucinta podemos citar a Filippo Villani por “Liber de origine civitatis Florentiae et eiusdem famosis civibus” (1400), a Lorenzo Ghiberti por sus tres libros de artistas toscanos “Comentarios” y a Cennino Cennini por su “Libro dell´arte” todos ellos con clara inspiración en Plinio el viejo y en Vitruvio, que también influirían en Vasari.
Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos
Después de la primera edición Torrentina, Vasari publicó una segunda edición (Giunti, Florencia, 1.012 páginas, en el año 1568) cuya portada figura más arriba, en la que el autor cambia los parámetros de redacción de la primera edición con una clara perdida de frescura. En la llamada edición Giuntina se añaden autores vivos y se incluye una autobiografía del propio artista.
En cuanto a las traducciones al español, podemos decir que han tenido una desigual fortuna aunque la mayoría de ellas, por lo menos las del siglo XX, se han basado en la versión de Gustavo Milanasi, realizada entre 1878 y 1881 y editada por Sansoni en 9 volúmenes utilizando una combinación de las ediciones de 1550 y 1568. En el 2004, la editorial Tecnos (Se puede ver la imagen de la portada más arriba) publicó una antología reducida con una selección de artistas en la que se traducía directamente la primera edición de 1550. En el año 2011, la editorial Cátedra publicó íntegramente esa primera edición con un total de 872 páginas y muy recientemente, en el año 2019, la misma editorial ha sacado una edición abreviada de 372 páginas.
Las mujeres artistas en “Las Vidas”
Si algo se puede achacar a “las vidas” es que no reflejó la biografía de importantes artistas italianos alejados del ámbito Florentino y desde luego salvo la excepción de la escultora Propercia de Rossi no dedicó ninguna biografía a alguna de las más de treinta mujeres artistas, sobre todo pintoras, del Renacimiento italiano.
Autorretrato de Sofonisba Anguissola. 1556
Aunque se hace mención a alguna de ellas como es el caso de Sofonisba Anguissola (Angusciola en el original) en términos muy elogiosos con apenas 33 años de edad en 1568 y cuando la pintora se encontraba ya en la corte española en 1559, el autor utiliza la biografía de Benbenuto Garofolo y Girolamo da Carpi para hablarnos de la probablemente mejor pintora del Renacimiento (págs. 498-501, volumen 6, versión de Milanesi)
Pero centrándonos en la biografía de Propercia de Rossi en la que Vasari hace algunos comentarios sobre las mujeres artistas que merece la pena reproducir, ya que la biografía de la escultora no suele incluirse en la ediciones abreviadas en español:
Gran cosa es, que en todas las virtudes, y en todos los ejercicios en los cuáles, en cualquier tiempo, quisieron las mujeres entrometerse con algún estudio, han tenido un éxito excelente y más que famosas, como con un infinito número de ejemplos puede fácilmente demostrarse, a quien quizás no lo crea.
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Sin vergüenza, por tantos elogios de su superioridad, de poner sus blancas y tiernas manos en las cosas mecánicas y entre la rudeza de los mármoles y la aspereza del punzón, para alcanzar su deseo de renombre, como hizo en nuestros días Properzia de Rossi de Bolonia, joven virtuosa, no solamente en las cosas de casa, como otras, sino en infinitas ciencias, envidiándola las mujeres, y deseándola todos los hombres. Tenía un cuerpo muy hermosos y cantó mejor en su tiempo que cualquier mujer de su ciudad.
Y en consecuencia de su caprichoso y diestro talento, se puso a tallar huesos de melocotón, que lo hizo tan bien y con tanta paciencia trabajó, que es cosa singular y maravillosa verlos, no solamente por la sutileza del trabajo, sino por la esbeltez de las figuras que en estos hacía y por la muy delicada manera de distribuirlas. Y ciertamente era un milagro ver sobre un núcleo tan pequeño toda la Pasión de Cristo, hecha con muy hermosa talla e infinitas personas, y quienes lo crucifican y los Apóstoles.
Esta cosa le dio espíritu, pues debiéndose ornamentar las tres puertas de la primera fachada de San Petronio, con figuras de mármol, por medio del marido, pidió a los obreros una parte de este trabajo, que de eso fueron muy contentos, pero que debía enseñar alguna obra de mármol llevada de su mano. Por lo que hizo rápidamente al Conde Alejandro de Peppoli un retrato de fino mármol de natural, de su padre el Conde Guido. Lo que les satisfizo mucho, no solo a estos, sino a toda la ciudad, y en consecuencia los obreros no carecieron de darle parte de este trabajo. El cual una vez terminado, con enorme maravilla de toda Bolonia, un alabado cuadro en donde (asimismo en este tiempo la pobre mujer estaba muy enamorada de un hermoso joven, que parecía que poco caso le hacía) representó la mujer del maestro de la casa del Faraón quien, cayó enamorada de José, casi desesperada de rogarlo mucho, acaba quitándole las ropas, todo con un toque y una gracia más que admirable. Fue esta obra con unanimidad de todos considerada muy bella, y a ella le dio gran satisfacción, habiendo con esta figura del viejo testamento, esfogado en parte su muy ardiente pasión.
Propercia de Rossi a pesar de tener un cierto éxito con su obra no tuvo una vida fácil y murió pobre en un hospicio de Bolonia.
El Museo del Prado celebró su segundo centenario en 2020 con, entre otras, una exposición antológica sobre Anguissola y Fontana a la que tuve ocasión de asistir y admirar las obras de ambas pintoras. A pesar de esta iniciativa, resulta curioso que nuestra mejor pinacoteca tan solo tenga 10 cuadros realizados por mujeres ( Sofonisba Anguissola, Clara Peeters, Artemisa Gentileschi y Rosa Bonheur) de los 1.700 que tiene en la exposición permanente. Al menos otras 30 pintoras tienen obras que permanecen fuera de la vista en los almacenes.
Bibliografía y Webgrafía
Julius von Schlosser. Introducción a la traducción española. Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos desde Cimabue hasta nuestros días. Giorgio Vasari. Ed Tecnos/Alianza. 2004
https://es.wikipedia.org/wiki/Sofonisba_Anguissola
Le opere de Giorgio Vasari. Gaetano Milanesi : https://archive.org/search.php?query=vasari
Gracias Antonio por tu sugerencia. El papel de la mujer en el arte desde un punto de vista histórico siempre ha sido minusvalorado. Como verás, en mis artículos siempre que puedo intento ponerlo en valor.
Muy buen artículo sobre Vasari. Debió ser un gran personaje. Él fue quien sugirió al Gran Duque Cosme de Médicis, que abriera la primera Academia de Bellas Artes, en Florencia, organizada de forma pedagógica.
Excelentes referencias a la escuela toscana: Giotto, con el espacio formado por las figuras tratadas con carácter volumétrico.
Gracias a Vasari, sabemos, entre otros muchos datos de artistas, que Giotto inició su vocación dibujando en el campo mientras cuida las ovejas de su padre, hasta que Cimabue pasa por el lugar y le ofrece trabajar con él.
Como sugerencia, me gustaría hacer una petición, se trata de una nueva entrada, en este blog, del papel de la mujer en la Historia del Arte: Artistas, coleccionistas, mecenas, etc. Aunque quizás se salga del espacio temporal marcado en este blog.
Gracias y enhorabuena!