A Carlos Baz. In memoriam
En la actualidad, cuando hacemos referencia a la guerra de Troya, nuestra cultura audiovisual nos lleva inevitablemente a las numerosas películas que se han hecho sobre el tema y especialmente a la dirigida por Wolfgang Petersen en 2004 y protagonizada por Brad Pitt en el papel de Aquiles. Con mayor o menor acierto, son películas que nos retrotraen a una épica antigua de lucha entre griegos y troyanos, la estratagema del caballo de madera, los duelos individuales, como el que ahora tratamos entre Aquiles y la amazona Pentesilea, la muerte del propio Aquiles y finalmente la caída de Troya.
Lo curioso de todo esto, es que nada de lo que acabo de citar aparece en la Ilíada de Homero, la obra cumbre de la poesía épica griega. Quien haya leído la obra, sabrá que la palabra “griegos” no aparece en la misma, si exceptuamos a la propia Helena (la griega) y estos son nombrados por los diferentes pueblos que representan o con carácter general como Aqueos, Dánaos o Argivos (de Argos). Tampoco aparece Pentesilea, ni el caballo de madera y por supuesto, nunca se pronuncia la frase timeo Danaos et dona ferentes (Temo a los dánaos -griegos- incluso cuando traen regalos) que pertenece a la Eneida de Virgilio (libro II, 49).
La Ilíada narra un breve episodio de cuatro días del décimo y último año de la guerra de Troya y el tema principal es la cólera de Aquiles, que toma venganza de la muerte de su amigo Patroclo en un combate singular con Héctor, el héroe troyano al que termina matando en el momento más álgido de la historia. La Ilíada termina con los funerales de Héctor, sin llegar a abordar la muerte de Aquiles y el desenlace de la guerra, aunque ambos subyacen en el texto de forma premonitoria.
Aunque La Epopeya de Gilgamesh se considera el poema épico más antiguo del mundo (2500-2000 a. C), a la Ilíada le corresponde el honor de ser el más antiguo de Europa. Se cree que fue escrito por Homero alrededor del año 700 a.C., aunque esta fecha no puede acreditarse con certeza. El texto (relativamente homogéneo) que ha llegado hasta nuestros días a partir de copias bizantinas se corresponde con la recopilación de Aristarco de Samotracia, escrita alrededor del año 150 a.C. a partir de versiones incompletas en papiro del texto de Homero.
Bertel Thorvaldsen. 1868-1870. Príamo suplica a Aquiles por el cuerpo de Héctor. Thorvaldsens Museum
Heródoto (484-426 a.C) es el primer autor que nombra la Ilíada y la Odisea como obras de Homero (II 116, 2, 4; IV 29), y asevera que le ha “precedido en cuatrocientos años y no en más”, (II 53, 2) lo que nos lleva a un desfase de 700 años desde que se produjo el conflicto armado hasta que se escribieron relatos poéticos sobre el mismo basados en los relatos orales de los aedos, los poetas itinerantes que recitaban poemas épicos en los festivales religiosos y que crearon el caldo de cultivo de los primeros relatos.
Lo cierto es que tanto la Ilíada como la Odisea le dedican una parte relativamente pequeña (la ira de Aquiles y el regreso de Ulises respectivamente) a lo que hoy conocemos como ciclo Troyano, hasta el punto de no ser consideradas como parte del mismo. El grueso de las historias que nos cuentan los sucesos que originaron la guerra y sus consecuencias se escribieron con toda probabilidad posteriormente. Hoy, la mayoría de estas obras han desaparecido y tan solo las conocemos por referencias de otros autores, principalmente la Crestomatía (resumen de una o varias obras de distintos autores) de Proclo. De manera resumida podemos citar las más importantes:
Los once cantos de las Ciprias (650-625 a.C) atribuida a Estasino, los cinco de la Etiópida (725-700 a.C) de Arctino de Mileto, los cuatro de la Pequeña Ilíada (680-660 a. C) de Lesques, los dos de la Iliupersis (El saqueo de Troya), también de Arctino, los cinco de los Regresos (600 a.C) de Agías de Trezén, y los dos de la Telegonía (570 a.C) de Eugamón de Cirene.
Fuera ya de este ciclo, hay aportaciones interesantes a esta tradición épica como las que representan Apolonio de Rodas en el siglo III a. C. (Argonáuticas), Quinto de Esmirna en el siglo IV d.C con sus Posthoméricas (el canto primero está dedicado a Pentesilea) y Nonno de Panópolis en v d. C.
¿Qué parte de la guerra de Troya es mito y cual es realidad?
De la lectura de los textos más antiguos que tratan el tema, se desprende que los autores griegos cásicos siempre consideraron la guerra de Troya como un acontecimiento histórico, aunque separasen la parte poética y mitológica, del trasfondo real. Había pasado mucho tiempo desde aquel conflicto armado hasta que se empezó a utilizar el lenguaje escrito y aunque no había unanimidad sobre las fechas, ya Eratóstenes databa la guerra a finales del siglo XII a.C (1190-1180) y Heródoto la fijaba alrededor de 1250 a.C.
Con posterioridad, esa percepción de realidad histórica fue decayendo hasta casi desaparecer y lo cierto es que hasta las excavaciones de Heinrich Schliemann en 1871, la opinión generalizada es que se trataba tan solo de un mito.
La Troya histórica ocupaba una posición estratégica en el acceso al mar Negro y estuvo habitada desde principios del tercer milenio a. C. Sus ruinas se sitúan en la colina de Hisarlik en la actual provincia turca de Çanakkale, junto al estrecho de los Dardanelos, entre los ríos Escamandro y Simois.
El estrato de Troya VI -VII se correspondería con el relato Homérico: Fuente Wikipedia
Aunque no hay unanimidad y no se sabe con certeza quienes destruyeron la Troya Homérica, la mayoría de los arqueólogos como Wilhelm Dörpfeld, Sperling, Blegen o Demetriou están de acuerdo en que debió producirse en el periodo de expansión micénico, en torno al 1250 a.C.
Pentesilea, Reina de las amazonas
Naturalmente, el mito de Pentesilea que ha llegado hasta nuestros días proviene de un conjunto de poemas épicos, narraciones de distintos autores y representaciones artísticas, algunas de datación tan antigua como el siglo VII a.C. Por supuesto hay discrepancia notables en el tratamiento del personaje y sus circunstancias y también un relato común que sirve de base para su identidad mitológica.
Conforme a este relato común, Pentesilea era hija de Ares y Otrera siendo la reina de las Amazonas durante el conflicto Troyano. Aunque algunos autores la consideran hermana de la reina Hipólita, esto parece poco plausible, ya que Hipolita luchó con Hercules y con Teseo según las versiones y esos acontecimientos se corresponden con varias generaciones anteriores, lo que nos lleva a pensar en un concepto de “hermandad” general de pertenencia a las amazonas más que de relación familiar. Quinto de Esmirna (siglo IV d.C ), en las Posthoméricas va más allá y atribuye la llegada de Pentesilea a Troya junto a un grupo reducido de amazonas, como una expiación por el homicidio involuntario de Hipólita durante un accidente de caza.
Ya en Troya Pentesilea lidera a los guerreros troyanos y ataca a los Aqueos produciendo numerosas bajas entre ellos, aunque también caen en combate varias de sus compañeras. A continuación extraigo parte del relato de dos autores que nos hablan del enfrentamiento con Aquiles:
De la Etiópida de Arctino de Mileto ya mencionada anteriormente solo conservamos el texto-resumen de Proclo:
La amazona Pentesilea, hija de Ares, tracia de origen, llega junto a los troyanos, dispuesta a combatir como aliada de ellos. Cuando destacaba en la batalla, la mata Aquiles y los troyanos la sepultan. Aquiles mata a Tersites, al ser objeto de las injurias de éste y por haberle echado en cara un supuesto amor por Pentesilea. Después de eso surge una disputa entre los aqueos a propósito de la muerte de Tersites.
Aquiles y Pentesilea. Ánfora de cerámica. 530 a.C. Autor Exekias. British Museum. Detalle de la obra tratado digitalmente por el autor
El canto primero de las Posthoméricas de Quinto de Esmirna (siglo IV d.C) nos narra el enfrentamiento entre Pentesilea y Aquiles:
(Aquiles).. se lanzó con ímpetu blandiendo en su robusta mano la enorme lanza, asesina de ejércitos, que con esfuerzo había fabricado Quirón. Al punto hirió a la valiente Pentesilea sobre su seno derecho, y a borbotones corrió la negra sangre. De inmediato se le aflojaron los miembros y arrojó de su mano la gran segur (hacha, N.A.); la noche ensombreció sus ojos y hasta el diafragma penetraron los dolores.
……………………………
en cuanto ella con presteza se movió, mucho se encolerizó el hijo de Peleo, y al punto la traspasó tanto a ella como el cuerpo de su caballo, de huracanados cascos…
Exultante ante ella, mucho se ufanaba el hijo de Peleo:
«Yaz ahora en el polvo como pasto de perros y aves ¡Desdichada! ¿Quién te engañó para que te enfrentaras a mí? ¿Acaso anunciaste que regresarías de la batalla y te llevarías indecibles regalos entregados por el anciano Príamo, después de matar a los argivos?
…………………………
Tras hablar así, extrajo el hijo de Peleo su lanza de fresno del veloz caballo y de la terrible Pentesilea; ambos se convulsionaban, abatidos por una sola pica. De la cabeza le quitó su casco resplandeciente, semejante a los rayos del sol o al fulgor de Zeus; incluso caída ella entre el polvo y la sangre, su rostro, bajo sus encantadoras cejas, se mostró hermosa, a pesar de estar muerta. Los argivos la rodearon y, cuando la vieron, se maravillaron, porque se asemejaba a los bienaventurados. Pues yacía por tierra entre sus armas, como la indomable Ártemis, hija de Zeus, mientras duerme, cuando tiene sus miembros agotados después de haber estado disparando por los altos montes a los rápidos leones. La hizo entonces admirable, aun entre los muertos, la propia Cípride (se refiere a Afrodita, literalmente de Chipre o chipriota N.A) de hermosa corona, compañera de lecho del poderoso Ares, para así causar aflicción incluso al hijo del irreprochable Peleo. Muchos desearon, cuando hubieran regresado a sus casas, poder acostarse en sus lechos con una esposa como ella. También Aquiles sentía sin cesar gran tormento en su corazón, por haberla matado y no habérsela llevado como su divina mujer a Ftía, de hermosos potros, ya que por su talla y su belleza resultaba ella intachable e igual a las inmortales.
Copa (Cílica o Kilyx). Aquiles y Pentesilea. (470-460 a.C.), Staatliche Antikensammlungen, Munich Detalle de la obra a la derecha tratado digitalmente por el autor. Se observa que Pentesilea muere por una espada.
Del resumen de Proclo de la Etiópida pocas conclusiones podemos sacar del supuesto enamoramiento de ambos contrincantes, salvo por la burla de Tersites, que bien podría estar fundamentada en el respeto de Aquiles por el cuerpo de la amazona. La afirmación de Tersites simplemente podría ser una exageración con ánimo de ofender a Aquiles, lo que a la postre le cuesta la vida.
Respecto del texto de las Posthoméricas, hay que pensar que se escribió en siglo IV d.C., es decir mil años después de los primeros escritos sobre el tema. Eso es mucho tiempo, incluso si Quinto de Esmirna se basó en fuentes antiguas existentes en la época, aunque algunos detalles resultan más creíbles que otras fuentes más antiguas: Pentesilea pelea a caballo con dos jabalinas que pierde antes de su combate singular con Aquiles y el hacha de guerra que la caracteriza. Su muerte se produce después de una herida en el pecho que la debilita y posibilita que el temible adversario la atraviese con la lanza que le había fabricado el centauro Quirón.
Lo curioso, es que según este relato Aquiles no se percata de su belleza hasta que no le quita el casco, ya muerta. Nada indica que hubiese una atracción mutua antes del combate y de hecho la admiración del guerrero parece inducida por la actuación de la diosa Afrodita, que se extiende al resto de sus compañeros Argivos, lo que explica el respeto a su cadáver y su entrega a los troyanos para su incineración y un enterramiento digno acorde a su valor.
No obstante lo anterior, han corrido ríos de tinta sobre el enamoramiento de la amazona y el pélida al cruzarse las miradas en el momento de la muerte de Pentesilea, algo que se refleja perfectamente en los dibujos en cerámica que datan del año 500 a.C y posteriores, de los que se muestran dos ejemplos en este artículo. Naturalmente, esos dibujos bien podrían estar influidos por textos antiguos que detallaban el duelo y los sentimientos que albergaban los contendientes.
Personalmente, creo más en la admiración mutua de dos guerreros que tienen en común un mismo destino. Aquiles no puede deshonrar el cadáver de Pentesilea como lo hizo con Héctor, ya que no tiene nada personal contra ella y aquí la intervención de Afrodita es fundamental. Pero claro las historias de amor siempre venden mejor y aunque hablamos de poemas épicos el trasfondo sigue siendo el de una tragedia griega.
Representaciones modernas de Pentesilea y Aquiles
Aunque son numerosas las representaciones en pintura y escultura en los últimos 200 años, por razones de espacio tan solo dejo una muestra representativa de las mismas.
www.leonardporter.com
www.thorvaldsensmuseum.dk
http://www.accademiasanluca.eu
Bibliografia y webgrafía
Homero. Ilíada.2000. Biblioteca Básica Gredos. Introducción de Emilio Crespo.
Varios autores. Fragmentos de épica griega clásica. Biblioteca Clásica Gredos. Introducción de A. Bernabé
Quinto de Esmirna. Posthoméricas. 1997. Ediciones Akal/clasicas
Wikipedia: Ciclo Troyano ; Pentesilea
Enlaces de las imágenes
Imagen de portada : Bajorrelieve ático S.IV aC. Museo Arqueológico Nacional Atenas. Color añadido digitalmente por el autor https://es.wikipedia.org/wiki/Amazonomaquia#/media/Archivo:NAMA_Amazonomachie.jpg
Aquiles y Pentesilea. Ánfora de cerámica. 530 a.C. Autor Exekias. British Museum https://www.britishmuseum.org/collection/object/G_1836-0224-127
Copa (Cílica o Kilyx). Aquiles y Pentesilea . (detalle, 470-460 a.C.), Staatliche Antikensammlungen, Munich . wikimedia.org
Hermoso texto!
Magnífico artículo sobre un poema épico que data de ni más ni menos que de 1.200 años AdC, con gran claridad argumentativa y muy didáctico. Literatura, historia, arte se mezclan en el texto tan bien cohesionados que es un placer su lectura. Enhorabuena!!
Exquisito texto lleno de valiosos detalles. Muchas gracias, desde Costa Rica
Muchas gracias Juan Carlos por tu amable comentario que siempre ayuda a continuar dando lo mejor de uno mismo
Muy bueno el relato.