Sección restaurada de las murallas de Constantinopla. Wikimedia
No se sabe con certeza cual fue la primera ciudad con un recinto amurallado, aunque numerosos autores defienden que fue Uruk (Warka, Irak) en Mesopotamia, un asentamiento situado trescientos kilómetros al sur de la actual Bagdad entre el Tigris y el Éufrates en los milenios IV y III a. C.
El nacimiento de las ciudades está íntimamente ligado a la agricultura excedentaria, al derecho de propiedad y al comercio, entre otros factores, que crearon estructuras sociales propicias a los asentamientos de alta densidad poblacional. La construcción de las murallas de defensa perimetral de las poblaciones es consustancial a un viejo conflicto del ser humano: La pugna tecnológica entre los instrumentos de ataque y los de defensa: la lanza, el arco o la espada frente al escudo y la armadura.
Las primeras murallas se crearon para defenderse de las hordas nómadas de cazadores-recolectores que con el pillaje encontraban una presa fácil en los asentamientos sedentarios que les proporcionaban comida, metales y esclavos. Con la creación de los primeros imperios, las murallas siguieron siendo necesarias para defenderse de los enemigos extranjeros.
Está claro que los romanos no inventaron las murallas, de hecho, mucho antes de la creación de Roma ya existían imponentes recintos amurallados como Ilíon (Troya) o Babilonia, pero como con tantas otras cosas, los romanos supieron aprovechar los conocimientos y la tecnología de otras civilizaciones para mejorar sustancialmente lo que otros pueblos (sobre todo los griegos y los etruscos) habían inventado.
El modelo urbanístico de la ciudad romana
Históricamente, el urbanismo surgió para dar respuesta a una serie de problemas derivados de la ocupación y el uso desordenado del suelo por los procesos de transformación física del mismo derivados de la edificación y las infraestructuras de comunicación, gobierno y servicios. Sin duda, la defensa de la población y el acceso al agua potable y tierras fértiles determinaban en gran medida la ubicación de las ciudades.
Sobre todo, en siglo I A.C. con la expansión del imperio romano en el ámbito del Mediterráneo, surgen numerosas ciudades en los territorios conquistados donde se asentaban las legiones ya jubiladas que recibían como premio a sus años de milicia una porción de terreno cultivable. Con posterioridad Augusto a partir de 4 A.C. sustituyó ese lote de tierra por un premio en metálico abonado por el Aerarium Militaris. A partir de ese momento y sobre todo en las zonas pacificadas muchas ciudades surgieron a partir del Castrum, el enclave militar que poco a poco fue perdiendo ese carácter para convertirse en ciudades con guarniciones más o menos numerosas. La transición entre ambos fue poco traumática ya que poseían características comunes de planificación hipodámica (del arquitecto griego Hipódamo de Mileto que proyectaba un diseño urbano de calles rectilíneas que se cruzaban en ángulo recto. A este diseño se le denomina plano ortogonal, en cuadricula o damero.
Plano ciudad de Timgad Fuente: cambridge.org
Aunque las razones de la creación de una colonia eran eminentemente prácticas y dependían de la orografía del terreno , la existencia de agua, el clima o simplemente su valor estratégico, normalmente, un augur mediante una ceremonia religiosa confirmaba el emplazamiento como un lugar propicio bendecido por los dioses. En la inaguratio se excavaba un hueco en la tierra donde se enterraban ofrendas y tierra traída de las zonas originarias de los fundadores.
En las ciudades de nueva planta se delineaba el perímetro de la urbe utilizando un arado tirado por bueyes a los que acompañaba normalmente un sacerdote. Sobre ese perímetro se construían las murallas defensivas que constituían el límite de la ciudad. A partir de ese momento un grupo de ingenieros y mensores trazaban dos calles principales: El cardo, con dirección norte-sur, y el decumano, con dirección este-oeste. En las superficies resultantes se trazaban en damero las calles ortogonales y las insulae resultantes que conformarían el trazado de la ciudad.
Los instrumentos más utilizados eran el gnomon para la orientación geográfica, la groma y la dioptra (el antiguo teodolito) para medir ángulos y para medir distancias la decempeda y el odómetro.
Groma y dioptra. Composición del autor con gráficos de Wikipedia
Las ciudades se convirtieron en el instrumento de romanización más importante de los pueblos conquistados.
La muralla como sistema de defensa perimetral de la ciudad
Naturalmente por razones de espacio no pretendo abarcar en este artículo las distintas tipologías de murallas que los romanos desarrollaron a lo largo de su historia, sino resaltar aquellos rasgos que le son comunes. La disponibilidad de recursos, la cercanía a la frontera (limes) y el período en que se construyeron, marcan diferencias, que incluso hoy en día, son difíciles de entender si pensamos en la extendida “normalización” de los métodos constructivos romanos. En nuestro propio país, los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de explicar la necesidad de murallas tan impresionantes en tiempos de paz como las de Lugo, León o Barcelona con torres situadas a una menor distancia que en el resto de la península. Dejo al lector un enlace al foro de elgrancapitan.org al final del artículo si desea ahondar en la problemática de estas “murallas legionarias”.
Pero centrémonos en los elementos comunes y en la ortodoxia de una construcción fuertemente estandarizada. Como en otros casos Vitruvio nos da las pautas de como construían los romanos sus infraestructuras:
En Los diez Libros de Arquitectura, Libro I, capítulo V, Vitruvio nos habla de la construcción de las murallas y las torres:
Deben excavarse los cimientos de las torres y murallas, de modo que se ahonde en tierra firme, si se puede encontrar, y con una profundidad que guarde relación con la magnitud de la construcción, siempre de un modo razonable; su grosor será más ancho que el de las paredes que se vayan a levantar sobre tierra y la cavidad que quede se rellenará con un compuesto lo más sólido y consistente posible.
…………..
Las distancias entre las torres deben establecerse teniendo en cuenta que no estén tan alejadas una de otra que no puedan alcanzarse por una flecha, con el fin de que si una torre es atacada, sea posible rechazar a los enemigos desde las otras torres, que quedan a derecha e izquierda, mediante escorpiones u otra clase de armas arrojadizas.
……………
Las torres deben ser redondas o poligonales, pues si son cuadradas las máquinas de guerra las destruyen con toda facilidad, ya que los arietes rompen sus ángulos con sus golpes; pero si son circulares, con piedras en forma de cuña, aunque golpeen su parte central no pueden dañarlas.
Muro en opus quadratum a soga y tizón. Composición del autor
Sección en planta de torre ultrasemicircular. Dibujo del autor
Puerta de Augusto en Arelate (Arlés). Ilustración de Jean-Claude Golvin
Una vez se habían trazado las líneas de las murallas se excavaban los cimientos hasta encontrar terreno firme o roca, rellenando la zanja con material pétreo hasta conseguir un nivel uniforme donde encajaban las primeras filas de sillares, normalmente de grandes dimensiones, sobre los que se asentaban posteriormente el resto de sillares que solían colocarse a “soga y tizón” (ver ilustración) con el aparejo denominado opus quadratum. Se construían dos muros paralelos con una separación de entre 3 y 5 metros, trabados en perpendicular por un muro de sillares cada cierta distancia y el hueco entre ambos muros se rellenaba con piedras, tierra prensada o lo más frecuente, el opus cementicium, hasta alcanzar una altura que oscilaba entre los 8 y 10 metros hasta las almenas, pudiendo alcanzar mayor altura en las torres, sobre todo si estaban huecas y techadas a partir de la rasante del adarve, algo relativamente frecuente en época tardoromana.
Aunque anteriormente he mencionado la enorme capacidad del pueblo romano para adaptar y mejorar los inventos de otros, hay algo que podemos decir que es genuinamente romano: El cemento puzolanico o pulvis puteolani.
Estrictamente no se trata de un invento sino de un descubrimiento, ya que en el fondo los romanos desconocían las razones del comportamiento de este material. Lo cierto es que supuso una auténtica revolución y usado junto a otros elementos conformaba un tipo de hormigón hidráulico muy versátil (incluso en agua de mar) que fue ampliamente utilizado a lo largo del territorio ocupado por Roma, especialmente en bóvedas, muros, cúpulas, cimientos y un sinfín de obras civiles y militares cuyos restos han perdurado hasta nuestros días, baste citar el panteón de Agripa como ejemplo. Algo que ciertamente no pasará con nuestro moderno hormigón.
Sección de muralla romana. Dibujo del autor
Vitruvio y Plinio el viejo nos hablan del hormigón y el insigne arquitecto nos da algunas pistas sobre la “receta” del mismo:
https://es.wikipedia.org/wiki/Opus_caementicium.
Hoy en día sabemos que era una mezcla de ceniza volcánica, cal, agua (incluso agua de mar) y piedra caliza que se mezclaba con áridos y rocas de diferente tamaño.
Bibliografia y Webgrafía
Yegül, F., & Favro, D. (2019). Architecture and Planning in North Africa. In Roman Architecture and Urbanism: From the Origins to Late Antiquity (pp. 487-555). Cambridge University Press.
http://imperioromanodexaviervalderas.blogspot.com.es/
https://www.geocaching.com/geocache/GC5T5BN_topografia-romana-roman-topography
https://elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=87&t=23066
Como sacaban los niveles
Utilizaban entre otros el chorobate. Te dejo un enlace a Wikipedia
https://es.wikipedia.org/wiki/Chorobate
ROMA eterna, hasta hoy, &2020,; admirable,
Buena descripción de las murallas, de la ingeniería militar romana, con la técnica de emplecton, con dos muros, el exterior de opus quadratum., la explicación del mortero y el opus cementicium. También descrito el ritual de la fundación de la ciudad romana. Me ha reverdecido conocimientos de la asignatura Historia de la cultura material del mundo clásico.
Gracias!
Muy interesante el apunte. Por comentar, aunque no estoy muy actualizado en construcción romana 😀 , en el gráfico del aparejo a soga y tizón del opus quadratum, creo que confundes las aristas con las caras del ladrillo. Las aristas, efectivamente son a soga y tizón que da nombre a este tipo de aparejo, pero las caras expuestas marcadas en el dibujo en rojo y azul son el canto y la testa, siendo la tabla interior al muro. O al menos así lo recuerdo. ¡Un saludo!
Gracias por tu comentario. Naturalmente el aparejo a soga y tizón se refiere a la disposición de los sillares. Señalarlo en colores en el paramento es una forma simplificada de visualizar el efecto externo para quienes no tienen conocimientos constructivos.